En un día nublado a inicios de invierno, Eleazar regresaba a su casa después de un largo día de trabajo.
Pero antes debía hacer una parada para comprar algunas cosas para la cena, así que iba a ir a una tienda cercana de su casa.
Cuando ya había comprado todo y estaba listo para dirigirse a su casa, al salir de la tienda se encontraba un perro y en ese momento comenzaron a caer fuertes truenos, que lo asustaron y salto a los zapatos de Eleazar y los ensucio.
Y él dijo «¡ay no!, mis zapatos favoritos, ahora se han arruinado».
Al verlo en un principio pensó que no tenía dueño hasta que vio su collar.
Entonces pensó que su dueño no demoraba, pero paso el tiempo y no llegaba su dueño para buscarlo ni el perro se movía del lugar.
Y dijo “talvez no se moverá hasta que su dueño regrese».
Luego comenzó a llover y se preocupo porque el perro se iba mojar.
Así que el saco su paraguas para cubrirlo de la lluvia hasta que llegara su dueño.
Pero como nadie llegaba y pensaba que lo habían abandonado.
El ideo una forma que se pudiera sujetar el paraguas a un árbol cercano que había en el lugar, para que estuviera toda la noche cubierto sin que se mojara.
Al día siguiente el volvió, para ver si había regresado su dueño, pero todavía el perro seguía afuera de la tienda.
Por lo que todos los días regresaba para alimentarlo y ver si alguien venía a buscarlo.
Con el paso de días, el perro seguía en el mismo lugar y Eleazar comenzaba a tenerle cariño.
El perro también lo quería y ambos habían creado un gran lazo de amistad.
Al ver esto, Eleazar inicio a tratar de convencerlo de que fuera a su casa, para que fuera parte de su familia.
Hasta que un día cuando Eleazar se iba a su casa, el perro parecía estar siguiéndolo.
Eleazar primero pensaba que se había movido porque había encontrado su dueño.
Y luego se percato que en realidad si había encontrado a su dueño, pero que no se trataba de la persona que lo había abandonado sino de el, que se había convertido en el verdadero dueño y amigo durante todo este tiempo.
Cuando llegaron a la casa, Eleazar lo abrazo diciendo» bienvenido a tu nuevo hogar y a tu nueva familia».
Autor: Samuel Frias Registrado en SafeCreative.