En un fin de semana radiante, un niño llamado Moisés y su familia fueron de visita a una hermosa playa en donde al llegar lo primero que observo fue como muchos de los que se encontraban en el lugar estaban construyendo castillos de arena.
Esto lo sorprendió mucho y estaba emocionado por construir un castillo de arena.
Pero ese día sus papas le dijeron que lo primero que iban a realizar era un recorrido en bote por el mar y luego podrían construir un castillo de arena.
Así que fueron al paseo en bote y durante todo el trayecto se mantuvo pensando en cómo construiría su castillo de arena
Cuando regresaron del paseo por el bote, Moisés estaba contento esperando por iniciar a construir su castillo.
Pero apenas cuando estaba recogiendo la arena para el castillo que iba a construir, comenzó a llover muy fuerte, así que tuvieron que irse de la playa y el no pudo construirlo.
Pasó el tiempo, pero no se detenía la lluvia y ya estaba oscureciendo, así que no pudieron volver a la playa y tenían que regresar a su casa.
Y entonces Moisés le pregunta al Papá “¿cuando podremos volver a la playa?”
El Papá le responde “bueno hijo, ya será para el otro año en la temporada de verano.
Cuando escucho eso, sabía que había perdido la oportunidad de construir su castillo de arena que tanto había deseado y talvez iba a pasar mucho tiempo hasta que pudiera construirlo.
Al llegar a casa, el Papá viendo la desilusión de Moisés, que sabía que era por no haber podido construir el castillo de arena.
Le dijo “hijo, no todo esta perdido, tengo una idea, pero no va ser nada fácil”.
Y Moisés estuvo de acuerdo y estaba muy contento por la esperanza que le había dado su Papá para construir el castillo.
El Papá comenzó diciendo” mi idea es traer un poco de arena para colocarla en el patio de la casa y así podremos hacer un gran castillo de arena”.
Cuando ya estaban preparando todo para iniciar el castillo, descubrieron que existía arena de diferentes colores.
Así que reunieron también la arena de diferentes colores y con eso comenzaron la construcción de su castillo.
En el camino hubo días que por la lluvia no podían seguir construyendo el enorme castillo, por lo que se detenían y tapaban el castillo, para que no se dañara.
Pero después seguían con la construcción, para así lograr terminar de construirlo.
Cuando terminaron el gran castillo de arena, era algo increíble y más porque se había construido en un lugar sin playas en los alrededores.
Estaba lleno de muchos colores y era realmente enorme el tamaño que habían logrado alcanzar.
Y Moisés le dijo a su Papá con una gran sonrisa “gracias Papá, esto que hemos podido lograr es algo maravilloso y demuestra que nada es imposible”
Autor: Samuel Frias Registrado en SafeCreative