En una mañana muy temprano Lisbeth iba de visita a la casa de sus abuelos, que les tenía mucho cariño y cuando ella llegaba, se ponían muy felices al verla.
Al llegar abrazo a sus a abuelos y en ese momento pasaba la vecina de ellos, llamada Raquel, que paseaba a su conejito blanco y peludo.
Y entonces la saludaron, pero de repente el conejo que estaba en las manos de Raquel se escapó a la calle.
Esto sorprendió mucho a Raquel, porque nunca se había escapado antes.
Esta muy asustada y dijo “ay mi conejito, estando en la calle se puede lastimar con algo”.
Así que le pidió ayuda a Lisbeth, que era la más cercana con un carro, para poder buscar el conejo rápidamente sin que le pasará algún incidente en la calle.
Lisbeth no estaba tan convencida, porque recién había limpiado su carro y cuando encontrarán al conejito iba a tener que llevarlo y talvez se iba a ensuciar todo por los pelos.
Pero al ver que Raquel estaba tan preocupada por su conejito dijo “si, vamos a buscarlo por todas las calles, talvez no esta muy lejos”.
Entonces iniciaron la búsqueda y Raquel le comenzó contar todo sobre el conejo y como era su amigo inseparable.
Entonces Lisbeth fue comprendiendo lo especial que era el conejito y con el paso trayecto ella intentaba calmarla, para que no se preocupara más.
Y más porque para Raquel era realmente importante y no solo era un conejo sino que era parte de su familia.
Buscaron por varios lugares y no lograban encontrarlo, hasta que a lo lejos vieron algo de color blanco y Raquel le dijo a Lisbeth que se acercara, porque talvez podía ser el conejito.
Se acercaron y si era el conejito de Raquel.
Por fin lo habían encontrado, Raquel estaba muy feliz y se había liberado de toda la preocupación que tenía.
Lo abrazo y vio que se había hecho una herida en una pata, así lo llevaron a casa, para curarlo.
Raquel le dijo “gracias, sin ti no hubiera podido encontrarlo a tiempo y talvez hubiera desaparecido, siempre estaré agradecida contigo”.
Aunque el carro termino con un poco lleno de pelos por el conejo peludo, Lisbeth estaba contenta, por haber ayudado a Raquel que se reencontrará a su adorado conejito.
Autor: Samuel Frias Registrado en SafeCreative.