Los circulos dorados en el parque

Los círculos dorados en el parque

En una tarde soleada, en el parque en donde muchos niños jugaban, comenzaron al instalar un juego nuevo.

Todos al ver eso, estaban esperando que juego podría ser el que colocarían en el parque.

Solo se observaba que tenía partes brillantes y que resaltaban a simple vista.

Mientras instalaban la atracción en el parque, cada uno decía que juego podría ser el que colocarían, pero realmente nadie estaba seguro cual juego podría ser hasta que terminaran de colocarlo.

Cuando terminaron de instalarlo descubrieron que el juego se llamaba los círculos dorados.

Todos los niños al ver que estaba el juego listo para usarse, corrieron rápidamente para probarlo y cuando lo hicieron les encanto, por lo que se convirtió en la atracción favorita del parque.

Así que como todos querían jugar en ella, eso hacía que el parque estuviera cada vez mas lleno para jugar en los círculos dorados.

Hasta que en una noche cayó una gran tormenta y afectó dañando varias partes del juego de los círculos dorados.

Entonces ya no se podía usar y por eso el parque dejo de ser tan visitado como lo estaba siendo desde que inicio la atracción de los círculos dorados.

Por lo que en ese momento, solo estaban asistiendo unos pocos niños

Y dijeron “¿ahora que hacemos?»

Y apareció Santiago, que era parte de los niños que siempre visitaban el parque antes de que se volviera famoso por la atracción que les gustaba a todos.

Entonces tuvo la idea de unir a todos los que estaban asistiendo al parque y así trabajar juntos para que volviera a ser como lo era antes.

Entonces dijo “vamos unirnos y entre todos vamos reparar los círculos dorados».

Al decir esto, estuvieron de acuerdo y comenzaron a reparar los círculos dorados entre todos.

Mientras reparan el juego pensaron en hacerles algunos ajustes para que fuera mejor que antes.

Cuando terminaron, todos habían hecho un gran esfuerzo para lograr reparar los círculos dorados.

Y Santiago “dijo sin la ayuda de todos no se hubiese logrado, ¡Ahora vamos a jugar!».

Entonces todos reídos comenzaron a jugar de nuevo.

Autor: Samuel Frias Registrado en SafeCreative.