En una hermosa mañana, un sastre llamado David, se dirigía a entregar todos los pedidos, que había estado trabajando durante algunos días.
Mientras repartía los pedidos todo estaba saliendo de acuerdo a lo que había planeado hasta que llegó el momento de entregar una hermosa camisa amarilla, comenzó buscarla por todos lados, pero no la encontraba en ninguna parte del carro.
Y dice “¡Ay no!, la camisa la he olvidado en la casa, tendré que regresar para buscarla.
Por lo cual, regreso a la casa para buscar la camisa amarilla y poder entregarla a tiempo.
Al entrar a la casa, encontró una libélula poco común, que tenía un gran tamaño y hermosos colores.
Justo estaba en la camisa amarilla, que tenia entregar.
Entonces David dice “¿Como habrá entrado la libélula?, al comenzar a revisar todas las partes de la casa, encuentra que una de las ventanas estaba rota.
Y dijo “ahh, por esta ventana fue que entro la libélula.
A David le asustaban mucho las libélulas y esto complicaba las cosas, para poder entregar la camisa a tiempo.
Y el no sabía como podía hacer para que saliera de la casa y la libélula tampoco parecía querer salir.
Entonces dijo “¿Como podría hacer salir la libélula de la casa?
Como estaba pasando el tiempo y tenia que entregar la camisa amarilla.
Comenzó a averiguar como podría hacer para que saliera y lograr superar su miedo por los insectos.
Entonces inicio a poner en marcha las ideas que había buscado, para intentar que la libélula saliera de la casa.
Con la ideas primeras ideas que había intentado no funcionaron como lo esperaba, para lograr que saliera la libélula.
Así que la siguiente idea que intentara tendría que ser la mejor posible, para lograr que saliera y poder llevar la camisa a tiempo.
Entonces mientras seguía pensando recordó a Manuel, su antiguo vecino que era un experto en insectos, así que lo llamo para preguntarle la mejor forma posible para hacer que saliera la libélula.
Y Manuel le dijo una idea y le explico todo lo que debía hacer.
Luego de eso, intento esa idea que le dijo Manuel.
Y después de un rato por fin logro que saliera la libélula.
Entonces la hermosa libélula voló libremente de nuevo fuera de la casa.
Con todo lo ocurrido, pudo superar su miedo a las libélulas, aunque no fue nada fácil poder lograrlo.
Luego de eso, agarro la camisa amarilla y se dirigía a entregarla a la persona que la estaba esperando.
No faltaba mucho tiempo, pero pudo entregarla a tiempo y la persona que la recibió estaba encantaba por la camisa.
Todo había terminado de una maravillosa forma, en un día lleno de cosas inesperadas.
Autor: Samuel Frias Registrado en SafeCreative