En un hermoso lugar rodeado de una maravillosa vista, había un gran viñedo donde vivía Ana con mucha tranquilidad.
Hasta que una mañana comenzó a escuchar muchos ruidos.
Cuando fue ver lo que estaba ocasionado el ruido, era un ganso.
Y Ana dijo «¿cómo habrá llegado hasta al viñedo?
Entonces en ese mismo momento comenzaron a llegar más gansos y en unas pocas horas había gran cantidad de ellos en el viñedo.
Como a Ana no le gustaba escuchar grandes ruidos, quería que regresaran a su lugar de origen.
Así que comenzó a buscar muchas formas, para que se fueran del viñedo y así no seguir escuchando los ruidos que hacían.
Por lo cual siguió el rastro de donde provenían y cuando lo encontró dijo «Tengo una gran idea».
La idea era que les iba a dejar un camino de comida desde el viñedo hasta el lugar de donde venían, para que todos lo siguieran y regresaran a ese lugar.
Y de esa manera volviera a tener la tranquilidad que tanto deseaba.
Entonces comenzó a colocar todo lo que comían los gansos, que eran hojas, semillas y frutas.
Así siguió durante un tiempo hasta lograr terminar y cuando todo estaba listo.
Ella les mostro el rastro de comida y los gansos al ver toda esa comida, todos siguieron el camino hasta que regresaron a su lugar de origen.
Cuando Ana observo esto, dijo «Se han ido, al fin lo he logrado, volveré a tener el silencio y la tranquilidad que tenía antes».
Todo había terminado como lo espera y estaba muy contenta.
Pero para su sorpresa al día siguiente todos los gansos regresaron de nuevo al viñedo.
Por lo que siguió intentado ideas para lograr que todos se fueran.
Pero nada de lo intentaba funcionaba para que volvieran a su lugar de origen.
Un día mientras estaba en el viñedo observo que llegaba un pequeño ganso lastimado y fue corriendo a ayudarlo.
Lo ayudo y cuido durante varios días hasta que se recuperó el pequeño ganso.
Y entonces ocurrió lo menos pensado, al pasar tanto tiempo con el pequeño ganso hizo que cambiara con ellos y ahora se había encariñado con todos los gansos.
Ana y los gansos se habían vuelto inseparables, algo que ella nunca pensó que podría ocurrir.
Ya le encantaba escuchar los ruidos de todos los gansos.
Y como les tenia tanto cariño a ellos creo un área para que descansaran y así siempre estuvieran lo mejor posible, Ana y los gansos se habían convertido en una gran familia.
Autor: Samuel Frias Registrado en SafeCreative