En un gran parque a orillas del mar había llegado una hermosa y pequeña garza de diferentes colores llamada Dana.
Le encantaba recorrer todo el parque desde el amanecer y descansaba cuando se detenía la refrescante brisa.
Por ser la única en su especie en el lugar, muchos de los visitantes se sorprendían al verla y les emocionaba mucho tomarle fotos.
Algunos intentaban acercarse, pero en el momento que la garza se percataba, se alejaba enseguida del lugar.
Un día se encuentra con un niño llamado Saúl, el visitaba por primera vez el parque junto a su mamá, porque recién se había mudado a la ciudad.
Había llevado su gran cometa, que estuvo construyendo durante varios días, la cual volaba tan alto, que casi era cubierta por las nubes.
Entonces el niño al ver la garza, se asombró por los diferentes colores que tenía y sin darse cuenta la cometa cayó rápidamente y accidentalmente casi cae sobre la garza.
Pero al caer tan rápidamente, cayó sobre un árbol y perdió su cometa favorita.
La garza en ese momento asustada, se fue del lugar hacia una parte muy lejana donde casi no era frecuentada por los visitantes.
Al ocurrir esto, el niño se sentía un poco desilusionado por haber perdido su cometa en el primer día que la usaba.
Y le dice a su mamá “no puede ser, esa era mi cometa favorita, que había estado trabajando durante mucho tiempo para lograr terminarla.”
La mama le dice “no te preocupes hijo, podemos construir otra cometa y será tan hermosa como la que cayó en el árbol”.
Pero lo que más quería Saúl era volver a ver la garza, que le llamaba bastante la atención, porque nunca había visto una igual.
Luego le pregunto a la mamá “¿a dónde habrá podido ir la hermosa garza?, desapareció muy rápido”.
La mamá responde” talvez se fue al mar, mañana la volveremos a encontrar”.
Cuando le dice esto, Saúl se queda pensando y esperando a mañana para volver a ver la colorida garza.
Le encantaba la idea de poder volver a admirar la garza, que se había ido tan rápidamente.
Al día siguiente el niño regreso para ver a la impresionante garza, que se destacaba por su gran colorido, estuvo durante un largo rato, pero no logro ver la garza.
Así lo hacía casi todos los días, pero no la encontraba.
Y se preguntaba ¿algún día la podre volver a encontrar?
Luego de varios meses, ya no estaba tan seguro de volverla a encontrar y por eso no iba tan seguido al parque, hasta un día fue al parque y apareció la garza.
Estaba muy emocionado por haber logrado volver a ver la pequeña garza y dijo “¡al fin te encontré! “.
En el momento que la observo, se percató que tenía algo en el pico, era una especie de un pequeño envase plástico.
Entonces con mucho cuidado, ayudo a la garza quitándole ese envase, que le impedía comer y andar libre.
Cuando le quito el plástico, la garza se fue y después de un rato, regreso y ya no le asustaba Saúl, parecía agradecida con él.
Así que todos los días esperaba que llegará Saúl para aparecer, se volvieron tan cercanos que lograron hacer una inesperada amistad.
Autor: Samuel Frias Registrado en SafeCreative