En una hermosa tarde un niña llamada Elizabeth, iba a comprar una de las tantas cosas que había soñado, lo compraría con todo lo que había ahorrado durante un año.
Entonces dijo «¿que podría comprar?», hay tantas cosas que he soñado en comprar y ahora al ver muchas cosas en la tienda será difícil decidirme».
Así que entro a una enorme tienda, en la cual pensaba que podía encontrar alguna de las cosas que había soñado.
Entro y comenzó a recorrer toda la tienda y le gustaba casi todo, pero solo podía escoger una sola cosa, para que le alcanzará con lo había ahorrado, así que poder decidirse estaba siendo muy difícil hasta que vio un cartel de candados personalizados y esto la lleno de mucha curiosidad.
Así que fue verlos y la persona que lo estaba promocionando le explico que estos candados podían usarse para muchas cosas en cualquier momento y lo mejor era que podían personalizarse con lo que mas te gustará.
Cuando escucho eso a Elizabeth le brillaron los ojos y quedo encantada, ya había decidido que iba a escoger.
Como era personalizado ella selecciono el diseño y los colores que tendría, pero lo que más le gustaba era que en una parte de candado tendría su nombre.
Espero un tiempo para que diseñaran su candado y cuando todo estaba listo, le entregaron su hermoso candado.
Lo usaba todo el tiempo y lo llevaba a todos lados.
Se había convertido en algo fantástico para ella.
Hasta que un día estaba algo tarde para llegar a la escuela y en un descuido se cayó el candado y se rompió.
Y dijo «no puede ser, se ha dañado mi candado».
Entonces fue a la tienda a para que lo repararán.
Ahí se lo repararon y estaba contenta con su candado, porque ya estaba nuevamente reluciente como cuando lo compro y se disponía regresar a su casa.
En ese momento cuando salió de la tienda vio a otra niña a la que su candado también se había dañado y no podía comprar otro.
Cuando Elizabeth escucho eso, recordó lo que una vez le había dicho su mamá, que a veces ayudar a otros puede dar gran felicidad de forma inesperada a los demás.
Así que decidió hacer algo que nunca había pensado, regreso a la tienda y pidió que su candado se personalizarán a la niña que estaba triste afuera de la tienda, para que fuera nuevamente feliz.
Aunque esto significará que separaría de su adorado candado, era más importante apoyar a alguien.
La niña le dijo «muchas gracias, esto nunca lo olvidaré nueva amiga, me has hecho muy feliz» .
Elizabeth también estaba contenta, porque aunque se había separado de su candado había ganado algo más valioso, una gran amiga.
Autor: Samuel Frias Registrado en SafeCreative.