Un niño llamado Miguel, que amaba los animales y que siempre había querido tener una mascota, su mamá le había dicho que algún día podría tenerla cuando llegara el momento indicado.
Ese gran día había llegado y su mamá le daba la noticia de que lo iba a llevar a un acuario, para que adoptará su primera mascota.
Y el dijo “¡por fin ha llegado el día!
El saltaba de alegría por ir al acuario.
Cuando llegaron al acuario el estaba muy impresionado de ver tantos animales en ese gran lugar.
Le dieron una visitaba guiada de todo el lugar y todo lo que observaba le encantaba.
Al observar una parte donde había un pulpo, a Miguel le llamo la atención que era bastante pequeño y le pregunto al guía “¿porque el pulpo es tan pequeño?, siempre había visto que eran muy grandes”.
El guía le dijo ” ah bueno, lo que ocurre que ese es el tamaño normal de todos los pulpos, en realidad los pulpos no crecen tan grandes como los muestran en la televisión”.
Cuando escucho la explicación del guía, el estaba sorprendido al descubrir eso y como todavía tenía algunas dudas le hizo otra pregunta “¿y si se alimentan con más comida podrían crecer más?
A esto le respondió “no, no crecerían mas sino que podríamos afectar la salud de los pulpos y para cuidarlos hay que darles la alimentación correcta”.
Entonces continúo su recorrido hasta que llego la parte de escoger a su mascota.
De todos animales, el escogió un hermoso pez de colores y lo llevaba en una gran pecera dentro de su bolsa.
Como la bolsa estaba abierta donde se encontraba la pecera, el pulpo salto a la bolsa que llevaba Miguel y se fue con el sin que lo notara.
Cuando llego la casa y vio el pulpo, se sorprendió y dijo “¿cómo llegaste hasta mi bolsa?, tengo que regresarte al acuario”.
Pero en ese instante pensó ¿y si lo tengo algunos días para probar si puede crecer de tamaño?
Así que decidió mantenerlo en su casa durante unos días.
Para así lograr resolver todas sus dudas sobre si era cierto que el pulpo podía transformarse en un tamaño gigante como los que siempre había visto en la televisión.
Pasaron los días y el pulpo seguía del mismo tamaño.
Entonces con eso ya se había convencido de lo que decía el guía si era cierto y que lo que veía en las cómicas de la televisión no era cierto tal como le había dicho el señor en el acuario.
Así que era momento de decirle a su mamá lo que había ocurrido con el pulpo.
Entonces le dijo todo lo que había pasado y ambos fueron a devolver el pulpo a su hogar.
Cuando llevaron de regreso el pulpo al acuario, relato todo lo ocurrido al señor del acuario y se disculpo por no haberlo regresado antes.
Antes de irse se despidió del pulpo y ese día Miguel aprendió una valiosa lección de siempre hacer lo correcto.
Autor: Samuel Frias Registrado en SafeCreative.