Las tarjetas personalizadas pérdidas

Las tarjetas personalizadas pérdidas

Todos los años en la época navideña Isabel junto a su abuela Atalía se dedicaban a realizar hermosas tarjetas personalizadas de regalo, para enviarlas a la familia y amigos.

Entonces para empezar a realizar las tarjetas, fueron a comprar todos los materiales necesarios.

Recorrieron varios lugares hasta encontrar todo lo que necesitaban para confeccionar cada tarjeta.

Al tener todos los materiales, fueron de regreso a casa, para iniciar la confección de las tarjetas.

Entre ambas comentaban algunas ideas de las tantas que tenía en mente, para los diseños de cada una.

Estaban muy entusiasmadas por crear asombrosas tarjetas con todas las ideas que estaban imaginando.

Así que entre Isabel y su abuela Atalía seleccionaron las mejores ideas y las plasmaron sobre cada tarjeta.

Tenían muchos colores y habían sido creadas con diseños únicos para cada persona.

Al terminar todo, llamaron al servicio de envió, para que las recogiera y las entregará a las personas.

Al pasar unas horas llego el servicio de envió y recogió las tarjetas para llevarlas a las personas que las recibirían.

Todo iba conforme a lo que ellas esperaban, hasta que recibieron una llamada de la persona que las iba repartir.

El repartidor se le había dañado el carro donde repartía los envíos, así que todos los envíos se retrasarían, por lo cual las tarjetas no serían entregadas en la fecha esperada.

Isabel dijo «No puede ser, no van a llegar a tiempo».

Así que la abuela al escuchar eso, dijo «vamos a buscarlas y nosotras mismas las repartiremos, para que todos las reciban a tiempo».

Las fueron a recoger y comenzaron la aventura de llevar las tarjetas que habían hecho a cada persona.

En cada lugar al que llegaban las personas les agradecían con gran emoción al recibir sus tarjetas únicas y personalizadas.

Todo estaba resultando increíble y lo que más les encantaba a Isabel y a su abuela Atalía, era ver las expresiones de las personas cuando llegaban, que por primera vez ellas mismas repartían las tarjetas.

Cuando llego la última persona a la que tenían que entregar, ya estaban un poco cansadas por el largo viaje que habían tenido que hacer.

Así que después de un largo viaje repartiendo cada tarjeta, se dirigían de regreso a casa.

Aunque habían surgido algunos problemas, todo se logro resolver y todos recibieron las hermosas tarjetas.

Al día siguiente cada persona las llamo para volver agradecerles y decirles que este año se habían destacado con el arte de las tarjetas.

Ellas al escuchar eso, estaban muy felices y esto las animaba más para seguir creando las maravillosas tarjetas personalizadas.

 

Autor: Samuel Frias Registrado en SafeCreative